Nos encantó la experiencia de pasar la noche en un templo en Koyasan. Tuvimos la oportunidad de presenciar la oración matutina y disfrutar de una cena y desayuno vegetariano sorprendentemente deliciosos. La comida era diferente a todo lo que habíamos probado en Japón y la presentación fue impresionante. Además, la habitación en la que nos alojamos tenía vistas geniales a un hermoso jardín japonés. Fue un detalle maravilloso que nos hayan hecho un upgrade a una suite, la habitación era preciosa, con mamparas típicas que separaban dos áreas. El suelo de tatami estaba radiante y fue un alivio sentir el calor en medio del frío. Dormir en los futones directamente en el tatami caliente fue una verdadera maravilla. La cena fue espectacular, no sabíamos qué esperar, pero resultó exquisita y la cantidad perfecta. El comedor estaba dividido en varias secciones y nos pusieron estufas que proporcionaban mucho calor. El monje que nos sirvió era divertido y nos hizo reír mucho, aunque no hablaba español. nos encantó que el hotel ofreciera amenidades variadas, incluyendo cepillos de dientes.

No hemos tenido ningún problema.

Habitaciones con una bañera. El desayuno era buenísimo y había una buena elección de variedad.

Se tarda apenas 10 minutos en llegar andando al Danjo-garan, ideal para nosotros. Ubicación buena, está a un paseo de todo lo que habíamos planeado ver. Los miembros del personal son agradables...

Deliciosa comida vegetariana, habitación amplia con vistas al jardín, experiencia única en un monasterio budista. Personal atento y amable.

Un personal increíblemente amable y un hotel tradicional.

dormitorio grande, baño grande. una cama super cómoda, un desayuno buenísimo. ubicación ideal y maravillosa con un parking gratis. una comida muy rica y un servicio de primera categoría.

Una ubicación céntrica, a un corto paseo del Koyasan Choishimichi. Los empleados super amigables y extremadamente amables nos ayudaron mucho. Habitaciones en-suite y ordenadas con una vistas maravillosas.

Habitación increíble con vistas al jardín

Upgrade gratuito a una suite con baño privado. Monjes amables y atentos.- Experiencia única y recomendable.- Cena espectacular y deliciosa.- Ambiente budista tranquilo y auténtico.- Tradiciones y comida vegana japonesa.- Respeto por las tradiciones budistas

Nada de verdad.

Una ubicación ideal y estupenda para visitar el Monte Koya, que se encuentra aproximadamente a 10-15 minutos a pie del hotel. Tardaba en llegar a la parada del autobús 15 minutos andando. El personal siempre fue super amigable y extremadamente amable y conocía muy bien la ciudad. Nos dieron una habitación climatizada con una bañera.

Habitación enorme con vistas geniales al jardín japonés. Upgrade a una suite sin cargos.Habitación preciosa y bien equipada.Cena exquisita y abundante.Experiencia única y especial.Monjes amables y divertidos.Impresionantes vistas de la nevada.Trato excepcional del monje.

No hay nada malo que decir.

Personal majísimo, habitación excepcional con un baño y una vista magnífica. Una atención al cliente de primera categoría.

La experiencia de pasar una noche en un templo de Koyasan y asistir a la oración de la mañana. La cena y el desayuno ofrecen una comida vegetariana variada y deliciosa. El ambiente budista y la habitación tradicional japonesa. Atención del personal excelente.

Me sentí como en un cuento de hadas, no tengo ninguna pega.

El lugar donde se encuentra este alojamiento es simplemente genial. Puedes disfrutar de vistas maravillosas y de un ambiente tranquilo y relajante. Además, las habitaciones son grandes y espaciosas, con tatamis radiantes que te mantendrán caliente durante las noches frías.

Una cosa a mejorar sería el desayuno. Algunos huéspedes han mencionado que los platos son demasiado fríos y les hubiera gustado tener opciones más calientes.

Nos encantó nuestra experiencia en este magnífico templo. La habitación era amplia y con unas vistas impresionantes al jardín japonés. Además, nos sorprendió gratamente que nos hicieran un upgrade a una suite sin costo adicional. El personal fue amable y atento, asegurándose de que estuviéramos cómodos durante toda nuestra estancia. La cena fue exquisita, con platos vegetarianos de gran sabor y variedad. Sin duda, una experiencia única que recomendamos disfrutar.

La temperatura en el baño de nuestra suite no era muy agradable, especialmente en invierno.

La estancia en este hotel fue memorable. Disfrutamos de una habitación amplia con vistas a un hermoso jardín japonés. El personal nos hizo un upgrade a una suite sin costo adicional, lo cual fue un detalle muy agradable. La habitación estaba dividida en dos partes con mamparas tradicionales y contaba con una mesa y sillas de estilo japonés. Después de la cena, nos encontramos con futones en la parte principal, con el suelo radiante, lo cual fue especialmente reconfortante en el frío clima de invierno. La cena fue exquisita y abundante, especialmente considerando que era vegetariana. El trato por parte del monje que nos sirvió fue divertido y amistoso, a pesar de la barrera del idioma. El ambiente budista y la oportunidad de presenciar las oraciones de la mañana fueron experiencias únicas.

Nada, todo genial.

Experiencia inolvidable en un templo con habitación amplia y vistas al jardín. Cena y desayuno vegetariano deliciosos. Atención excepcional por parte del monje. Próximo a templos.